Quédate un
momento, deshace tus palabras, vuelve a lo más profundo de tus pensamientos. Éramos
conscientes de nuestros reflejos, hoy se nos acentúan las contradicciones.
Tu calidad
de humano no lo dice todo, y es que en los escollos de tu alma aparecen tus
verdaderas intenciones. No seas tan bueno, sé que no lo eres. No seré tan
perfecta, mi pretensión solo refleja mi escasez.
Y nos
vestimos con las miradas, para acallar nuestros impulsos, caminando por las
veredas, a paso seguro pero a la vez
descuidado… A estas alturas no sé si hablar, mi relato podría no ser mío.
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